La luna es la
Diosa, visible, luminosa, bella, refulgente y serena en todas sus formas. Es la
Doncella en su fase creciente, la Madre, en luna llena, la Guerrera o Hechicera
en fase menguante y la Anciana Sabia o la Bruja durante la luna nueva.
Es importante reconocer que estas fases lunares afectan de forma inherente no sólo a las mujeres, el mundo entero se ve influenciado por este luminoso astro que resplandece cada noche aun cuando no la vemos... " La luna ".
LUNA NUEVA: LA ANCIANA SABIA O LA BRUJA
La luna nueva o negra coincide con la fase de la menstruación. En esta etapa de la luna, la conciencia alcanza un nivel profundo, florece la intuición, es un momento de introspección y profunda transformación interior. Podemos conectar fácilmente con nuestro maestro interno, nuestra espiritualidad y lograr estados alterados de conciencia (conexión interior con la esencia), ya que las barreras entre nuestra mente consciente e inconsciente bajan, percibiendo otras dimensiones, sensaciones o puntos de vista. Nuestra mente va más lento, lo cual podemos aprovechar para meditar o crear trances.
Es una etapa de muerte y renovación, ideal para desprenderse de lo viejo e inservible, y tomar conciencia, comenzar a sentir, a estar en silencio, a percibir la energía que nos rodea y que somos.
La Anciana Sabia es profunda y busca la meditación para avanzar. Es la fase del mundo espiritual, de la ensoñación, de la des aceleración Nos ayuda a ordenar la vida, aumenta el conocimiento, aporta ideas creativas. Es un periodo de quietud, de contactar y conectar con nuestro cuerpo superior.
LUNA CRECIENTE: LA DONCELLA
La luna creciente corresponde en el ciclo menstrual; a la fase pre-ovulatoria. Esta es una fase de liberación que nos permite estar centradas en nosotras. Representa el nacimiento de la luz desde las profundidades de la oscuridad. Ésta nos ayuda a disipar los miedos y la ignorancia.
En este momento podemos comenzar a llevar a cabo lo meditado durante la luna nueva, ya que disponemos de toda la energía y fuerza que nos aporta la Doncella.
Es una fase activa, física y emocionalmente que irá en aumento hasta la luna llena. Recuperamos la alegría de vivir, la seguridad en nuestro cuerpo y en nuestro interior somos más sociables y más comunicativas.
En este momento la mente está clara, y todo lo que hemos gestado comienza a realizarse, nos encontramos más centradas y activas; desarrollamos tenacidad, ambición, concentración y aprendemos a dar prioridades.
LUNA LLENA: LA MADRE
Esta fase se corresponde a la "ovulación". Cuando ambas fases están sincronizadas nos sentimos más participes de la creación.
La madre representa la mujer en plenitud de sus decisiones, de su fortaleza y su poder. Están representadas en el TAROT por la Emperatriz y la Sacerdotisa, quienes crean sus propios caminos. La luna llena es la fertilidad, el nacimiento, la abundancia. En este momento tenemos una energía muy potente con lo que muchas personas pueden acercarse a nosotros en busca de apoyo. Nace el impulso de dar, de cuidar y de proteger a los demás anteponiéndolos a nuestras necesidades.
Es importante que
el ser humano comience a comprender y conocer los ciclos lunares que alimentan
su existencia para elevar los pensamientos de la vida cotidiana. Debemos
entender la importancia de trabajar el ser interno para poder aumentar nuestra
frecuencia lunar y así nutrir a todas las generaciones futuras.
NOTITA: ... Un pedazo de la luna en el bolsillo es mejor amuleto que la pata de conejo...
JAIME SABINES.
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